lunes, 2 de agosto de 2010

30 de julio: ¡para no olvidar!


El 25 de julio de 1975, las fuerzas militares del entonces presidente Arturo Armando Molina intervinieron el Centro Universitario de Occidente de la UES para evitar la realización del show bufo, que los estudiantes realizaban cada 26 de julio en las vísperas de las fiestas patronales de Santa Ana y en el cual ridiculizaban al gobierno. La respuesta estudiantil a la represión militar fue la marcha a plena mañana en el centro de Santa Ana, manifestación que fue reprimida con brutalidad.


La solidaridad no se hizo esperar en San Salvador y de esta forma, el día 28 de julio, la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS) junto con la comunidad universitaria en general decidió realizar una manifestación pacífica el 30 de julio en repudio y denuncia por la intervención. Para esos días el gobierno y los empresarios preparaban el concurso de Miss Universo, en el cual habían invertido mucho dinero para promocionar la industria turística en El Salvador y también representaba importancia en la política exterior para Molina, por lo cual no permitirían nada que, a su juicio, “empañara” la imagen del país.


La marcha pacífica convocada en el campus central el 30 de julio, salió a eso de las cuatro de la tarde, a pesar de todas las amenazas hechas por el gobierno de no tolerar ningún tipo de manifestación o cualquier intento de salir a las calles. En las pancartas, carteles y mantas se escribieron únicamente lemas relacionados con el problema universitario y expresiones en defensa de los derechos y garantías democráticas. 

En el primer trayecto de la 25 av. Norte, no se advirtió ninguna amenaza inminente contra la seguridad de los manifestantes, sin embargo cuando la cabeza del desfile llegó frente al Externado de San José se empezaron a divisar tanquetas que avanzaban y las avionetas empezaron a sobrevolar. Ante esto, la marcha decidió cambiar el rumbo, pero al doblar sobre el paso a desnivel del ISSS aparecieron los antimotines de la GN, PN y PH, lanzando gases lacrimógenos y ametrallando a los que encabezaban la marcha. Luego las tanquetas avanzaban aplastando a los estudiantes caídos. Empezaba la bestial masacre…


El número de muertos, desaparecidos y heridos, producto de la represión de la marcha, aún es incierto. A pesar de la magnitud, la masacre trató de hacerse invisible. Minutos después que las calles estuvieran despejadas llegaron camiones cisternas a lavar el pavimento ensangrentado y camiones del ejército se llevaron los cuerpos que quedaron ahí, para que no quedara ninguna evidencia. Incluso los medios de comunicación tampoco informaban mayor cosa.


Existe un consenso general acerca de la importancia a de esta fecha en El Salvador, la cual debe conmemorarse para preservar la historia y honrar a las víctimas. El 30 de julio de 1975 el estudiante universitario salió a las calles a defender la autonomía universitaria y el derecho del pueblo salvadoreño a la educación superior y fue masacrado por órdenes de Romero y Molina, quienes viven tranquilos en Estados Unidos. Por eso, hoy no sólo honramos la memoria de los caídos, sino junto a la comunidad de la UES ¡exigimos justicia!


Junta Directiva del SINTRACBES